martes, octubre 25, 2005

El cristo que volteó el rostro.

Su nuevo lugar luego de dejar la tienda de cosas así medias religiosas fue el hospital.

No sé si fue porque había prometido llevarlo alguien a modo de agradecimiento o si una señora devota vio que faltaba algo religioso en la pared.

El caso es que el crucifijo ahora al lado de la virgen gigante, adornaba la columna blanca.

Poco se le tomaba en cuenta, la mayor atención la llevaba su madre donde afligidos parientes de los enfermos iban a pedir por la salud de quienes desafortunadamente habían caído en los cuartos de operaciones.

A pesar de tener agachado el rostro, se dio cuenta del dolor de las madres al perder a sus hijos, de la angustia y días de espera de los parientes, del hambre y frío que pasaban las personas que no vivían en la cuidad, de los desmayos al recibir fatídicas noticias, de las preocupaciones de nacimientos dolorosos y con malas consecuencias, los gritos de dolor de las personas que no eran atendidas, la sangre, el sudor, los ojos vacíos llenos de espera.

Todo eso lo conmovió, mas qué podía hacer él si solo era un crucifijo? Si solo era un objeto?

Y una mañana del día sucedió.

El único que se dio cuenta fue la persona de aseo que limpiaba las flores secas que tenía la virgen. Y más que darle un susto solo pudo esbozar una sonrisa.

El cristo giró y levantó el rostro, y su mirada compasiva miraba hacia la puerta de cirugía tratando con este gesto de dar consuelo a quienes estuviesen ahí...


Parece sacado de internet pero no. Es creacion (muy mala) mía.

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