jueves, diciembre 07, 2006

Special moments (Parte I)

Todos hemos pasado momentos especiales con una persona.

Una amiga, una novia, esposa, etc.

Yo tenía una persona, una amiga muy especial con la cual viví muy bellos momentos. A veces era compartiendo una comida sencilla nada de grandes restaurantes o algo así; a veces era una pizza e inclusive la única vez que preparé una (con masa comprada claro) fue con ella y no quedo de rechupete pero pos fue una buena experiencia.

“Comer juntos fortalece las relaciones” era lo que muchas veces decía y aunque sonase repetitivo, lo era.

Otras ocasiones podía ser viendo una peli en el cine y se divertía con mis comentarios fuera de lugar durante la proyección, se reía de mis locuras y dichos que no venían mucho al caso pero ya saben como es uno.

No sé, es extraño pasársela muy bien con alguien que no es digamos tu novia y no andar pensando en cosas sexosas, bueno a veces sí pero eran momentáneos los ratos y es que en verdad bueno para mí es y sigue siendo muy linda. Aunque ella diga que no.

La mayoría de las veces yo platicaba puras tonterías o sabe, me ponía muy nervioso y se me olvidaba lo que había leído o escuchado antes y que pensaba que sería un buen tema de conversación. A la mera hora pues nomás no recordaba gran cosa o la neta me sonaba muy sobreactuado y mejor dejaba que fluyese el momento. Quizá se pasó unas aburridas enormes, quién sabe….

Quién sabe… como que al estar juntos no es que mintiéramos o no nos poníamos máscaras, no sé como explicarlo, a ver: como que por ejemplo ella me decía que tenía un humor de la fregada pero que por razón alguna nunca nos peleamos de manera fea, mas bien eran reclamos hasta con risa y eso muy cada y cuando, o yo que ya ven que ni me gusta echar carrilla, con ella de alguna manera había algo que no me nacía hacerle o decirle algo que pudiera parecer muy hiriente. Digamos que nos anulábamos mutuamente.

Recuerdo una vez que fuimos a ver una lluvia de estrellas.

Ya había planeado todo, había investigado como a que hora iba a ser, la fecha, algunas papas y refrescos digo por eso de la cafeína y ya quedamos de salir de la…. iba a poner mancha pero mejor digamos la luminiscencia de la ciudad para observar el cielo estrellado con la oscuridad de fondo.

Total que no veíamos gran cosa porque ese día la luna se puso de necia y nomás no se quería meter pero ya de rato pudimos ver unos pequeños trazos en el cielo. Y no sé, el ambiente medio frío, la oscuridad, la luz de las estrellas, la compañía…. todo fue tan cómo decirlo, pues mágico. Tanto que uno puede decir que se sintió hermoso el estar vivo, aspirando ese viento con olor a complicidad, a entendimiento, a risa y asombro de ver los trazos débiles surcando el cielo.

Otra vez ya habíamos planeado volver a repetir la experiencia pero estaba haciendo un frío pero de los buenos! Aparte el cielo estaba medio nublado, así que decidimos “acampar” en el pequeño patio de la casa sobre el sleeping y con el cobertor y con chamarra y toda la cosa riéndonos de estar en un lugar que no era el más adecuado para una persona cuerda. Con el frío calando hasta los huesos y recostados en una superficie irregular, aún así teníamos buen humor para no dejarnos vencer y correr a guarecernos.

Y aunque suene increíble, en esa ocasión vimos por una pequeña ventana mejor dicho en un espacio entre las nubes un destello mucho más grande que los que habíamos visto en la otra ocasión. Así que también por ese momento había valido la pena el estar ahí.
Me encantaba cuando me daba un abrazo, así bien desprendido y de manera bonita, a veces hasta nos mecíamos así quedito, como en un danzón mal bailado. Como con miedo de despegar un pie del suelo pensando que eso arruinaría el encanto.

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