No sé quien era ella.
Pero sabía que la conocía.
Como que recordaba haberla visto antes, quizás una o dos veces. Había algo en su rostro que se me hacía conocido.
Lo que sí es que el sentimiento era real, de alguna manera sabía la quería, y ella a mi. Y era de esas querencias bonitas, demasiado infantiles y románticas, mas basada en miradas y gestos que en actos.
Y nos conteníamos porque no estabamos solos, de alguna manera siempre había alguien estorbando esa es la palabra correcta.
Hablé poco con ella, y trataba de acordarme cuándo y cómo la había tratado antes de ese día, luego nos dimos un beso.
Hasta que desperté.
Eso lo soñé hace días luego de una noche en vela, cuando hubo un vuelco en mi vida y pasaba mis peores días que hubiese tenido, luego de una tragedia personal.
Quizás mi inconsiente me trataba de consolar un poco.
Quizás ella sí exista.
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