martes, septiembre 23, 2008

El motivo para un post

Me vino de repente y sin tener nada que ver con mi sentir o las cosas que iba pensando de camino.

Todo vino de repente porque vide una chava que se bajó del camión y cruzó la calle. Y es así como nació la fea.

Fea, fea tan fea que al pasar asustas a las palomas que tranquilamente se estaban echando los migajones de dentro de los bolillos con que van a preparar las tortas a los comensales que asisten al puesto ubicado al otro lado de la calle, esa misma que cruzaste para llegar al puesto donde preparan tacos de barbacoa o en su caso, tortas. (uf me cansé jaja).

Además de esto, los increíblemente conocedores de la fealdad que son los taqueros que atienden el puesto comenzaron los piropos al unísono...los sabrosa! y merezco! pululaban en el aire como los mosquitos a la hora de la mañana salen todos de paseo. Te siguió valiendo y seguiste de largo, porque de corto no tenía nada la calle…y menos el estacionamiento…

Fea, tan fea que hasta hiciste que volteara y se estampara el repartidor de pizza, de esos que van hechos la mocha esquivando a los cafres siendo más osados por cierto, de esos que están entrenados para entregar sus pedidos antes de la media hora o en su caso si llegan temprano y si la dama que pidió lo solicita, echarse un rapidín para acompletar el tiempo de entrega de de.. de la pizza.

Increíblemente fea que al estar acomodándote tu playera arriba ahí donde el territorio de la piel deja de ser espalda, para ser.. espalda baja..jaja pero más que bien te destapaste más que lo cubrías, bueno al menos en un momento. Yo ensimismado no ví un poste del estacionamiento que me quedaba a la mera altura del izquierdo (que por lo general es el que queda más abajo) y con grito sonoro pero eso sí muy masculino contesté al dolor producido por el golpe y tuve que hacer el clásico movimiento cuclillesco que se tiene que hacer aunque uno no quiera y por más que se quería pasar desapercibido.

Luego de este hecho.. tal vez te diste cuenta porque seguiste moviendo el feísimo trasero, quizás pensaste que la fealdad que se iba metiendo por lo ojos iba a calmar mi dolor, o tal vez eras lenta y apenas estabas carburando los piropos que instantes antes te propinaron los taqueros, esos mismo que atiende el puesto de tacos o tortas de barbacoa que queda del otro lado de la calle que cruzaste hacia el estacionamiento..

Pero todo lo que comienza tiene que acabar.. de repente y sin poner direccionales (que debería ser tipificado como delito) te cambiaste a la otra acera de la calle, moviendo tu feísimo trasero siguiendo tu feísimo cuerpo hacia allá. Y mi corazón dio un brinco, no pero no el brinco que normalmente se da en esos casos, sino que dió un brinco hacia la otra acera siguiendo el feo trasero perteneciente al feo cuerpo tuyo, esa misma acera de la calle que queda junto al estacionamiento de la tienda comercial donde a veces comprar mis comics ya queda de pasada o mi despensa ya de regreso si la ocasión lo amerita..como podría ser hoy mismo cuando mi despensa está vacía pero hoy pensaba ir hacia otro lado saliendo por lo cual ni dinero traigo por cierto…

Regresando al tema, como el cuerpo es mañoso y no se deja mandar últimamente por un corazón caliente en el pecho y menos si se va cruzando la calle siguiendo un feo trasero (osease no está presente en el cuerpo) siguió su marcha por la acera que originalmente seguía. Y aunque el libido le hacía segunda al corazón le siguió valiendo madres al cuerpo, aparte de que ya llevaba vuelito y tenía que saltar ahí un barranco (ah ese es Mario Bros)


A la madre! el que no quería escribir... ah y nomás para aclarar.. no estaba nada fea...

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