martes, junio 12, 2007

Ajedrez

Porque éramos amigos y, a ratos, nos amábamos;
quizá para añadir otro interé
sa los muchos que ya nos obligaban
decidimos jugar juegos de inteligencia.

Pusimos un tablero enfrente de nosotros:
equitativo en piezas, en valores,
en posibilidad de movimientos.

Aprendimos las reglas, les juramos respeto
y empezó la partida.

Henos aquí hace un siglo, sentados, meditando
encarnizadamente
cómo dar el zarpazo último que aniquile
de modo inapelable y, para siempre, al otro.

Rosario Castellanos

Leyendo a Cynthia en http://comoquienoyellover.blogspot.com/ me encontré con este poema que como que se ajusta a ciertas situaciones actuales.

El caso es que por alguna razón o coincidencia (aunque muchos dicen que las coincidencias no existen) se me ha venido a la mente el recuerdo de una miga que hace algo de tiempo que no la veo.

El porqué nos alejamos nunca quedó claro, igual para mí me dejó de buscar igual para ella fue parecida la situación. O las múltiples ocupaciones no sé.

Bueno mis razones sí las conozco pero no tiene caso externarlas en el blog, aparte esto no es un “querido diario” ni un “blog del corazón”.

No sé si alguien recuerde que tuve una alucinación de que había visto a alguien caminando cuando no se encontraba nadie, pues la imagen que mi mente había proyectado era la de ella!

Luego, revisando unos viejos cuadernos porque dizque estaba haciendo limpieza, me topé con un pseudo dibujo del rostro de ella que yo había hecho, el cual está muy mal porque no se parece ni en vivo y no se puede decir que es una versión de caricatura. El caso es que lo hice según yo queriéndola dibujar.

Hace poco di una vuelta en el centro y se me antojaron unos chilaquiles, entro a un changarro y de frente me quedan unos edificios. Podría jurar que ella estaba en un piso de arriba como dando clases pero luego de los malos ratos que me hace pasar mi imaginación pues mejor me dije: nee no la hagas de emoción, igual y ni es.

Pues bien aludiendo al poema de arriba ambos dejamos de mover las piezas, quizás nos cansamos de jugar, de formar estrategias. Yo decía que nuestra amistad era imperturbable pero ahora veo que nunca había pensado que quizás el olvido sea su asesino.

No puedo decir que no me haya dolido el distanciamiento, pero en este tiempo ya no lo siento así y guardo buenos momentos que pasamos.

Al fin y al cabo, ni sé jugar ajedrez… jajajaja!




No hay comentarios.: