miércoles, noviembre 09, 2005

La historia se repite.

Ya lo dijo Santa Anna, sí el odiado líder mexicano.

"Mientras haya Congreso, no habrá progreso".

Pero no es nada innovador lo que hace unos años dijo el personaje.

Ya desde hace mucho tiempo alguien en su ambición lo había reconocido.

Muchos piensan que el ser humano, con tanta información y avances tecnológicos que asombran a nuestros abuelos haya conseguido un estado de conciencia superior a los animales y que esos instintos que nos ayudaron a sobrevivir a nuestros antepasados a los cambiantes climas y los animales que nos cazaban se hayan apaciguado.

Pero a decir verdad, aún somos demasiado animales.

Científicamente se ha comprobado que la poligamia existió desde nuestros orígenes y que la antigua danza hormonal todavía nos atrapa al voltear a ver una linda chica.

En nuestros días, los hombres más musculosos denotan una figura de poder y de protección que es atractiva hacia las mujeres e igual pasaba en tiempos neolíticos.

Pero ya me estoy desviando.

Desde tiempos remotos el ser humano tuvo que vivir en sociedad, la división del trabajo hizo que se tuvieran que formar comunidades y con ello, ciertas reglas de convivencia.

Una de ellas, la república. Que no recuerdo si se la fusilaron los romanos de los cretenses o no.

Mucho se alaban los principios de igualdad, de equidad y orden que tiene esa forma de gobierno. Sin embargo está documentado que desde un inicio, fue presa de actos de corrupción. Uno pensaría que con miles de años de adecuaciones se haya mejorado algo pero no, curiosamente lo que más ha aumentado fue esa corrupción y la mentada igualdad se ha pasado por el arco del triunfo.

Hubo un profe creo que en la prepa que dijo que a él le había gustado el Porfiriato. Todos quienes nos considerábamos liberales rechazamos eso y lo vimos con malos ojos por todos los desmanes que se hizo sobre todo en las partes rurales. Sin embargo el profe dijo algo que aunque duela es muy cierto: los mexicanos solo hacen cosas grandes cuando se les obliga y que muchos avances que perduran se hicieron en esa época.

Pero porque no poner a los verdaderos grandes de la historia?

Julio César.

Sí, sus intereses fueron movidos por la ambición, mas se dio cuenta que la figura del Senado estaba demasiado corrupta y que pues ni dejaba hacer nada, además bloqueaba sus intereses , sin embargo como no queriendo le quitó el poder para volverse el emperador.

Sus grandes sueños fue interrumpidos por su asesinato mas su discípulo el super listo Octavio lo superó con creces.

Napoleón.

Sí, el Gran Corso también movido por sus intereses destruyó toda resistencia para volverse también el líder absoluto. Él lo describe bien al decir: “Se dice que soy ambicioso, se equivocan; no lo soy, o al menos mi ambición está tan íntimamente unida a mi ser que no puede separársele".

Grandes obras de la humanidad se han hecho a la sombra de tales dictaduras, claro también grandes atrocidades. Luego surge el levantamiento del pueblo ante tanta injusticia o algún ambicioso más poderoso y el ciclo vuelve a comenzar. Siglo tras siglo, milenio tras milenio.

Podrá algún día el hombre encontrar una forma de gobierno que sea justa y que verdaderamente funcione? Tal vez. Pero hacen falta muchos siglos para eso, porque es lentísima la incorporación de información a nuestro ADN y el mar de información que tiene el hombre a su alcance que pudiera compensar esa lentitud poco puede hacer para aplacar la bestia humana. Súmenle a eso que estamos en una fase "idiotizante" de medios pos menos.




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