viernes, abril 08, 2005


Los miedos de Pooh.

El Carlos ha expuesto los miedos que tenemos todos cuando encuentra a uno la mujer con la que quiere uno casarse.

Plantea la inseguridad si realmente se está haciendo la elección correcta, que si no se estará arrepintiendo luego al cruzar en su vida otra mujer que haga que se le vaya a uno las cabras.

Bien, tratemos eso.

Recordemos lo que dice Neruda en la reina:

Yo te he nombrado reina.

Hay más altas que tú, mas altas.
Hay más puras que tú, más puras.
Hay más bellas que tú, hay más bellas.
Pero tú eres la reina.

Es inevitable encontrarte “mejores” mujeres, o más bien dicho mas cercanos al ideal que pudiera formarse uno. Ok, y una vez que se acepta lo inevitable hay que ver lo que sigue.

Y quien rayos dice que ese ideal se vaya a fijar en uno? Bueno eso si no se busca porque si nuestra torcida conciencia está más sucia que los baños de primaria pública pues no hay para donde hacerse.

Osease que si ya desde este momento ve uno que la fidelidad no es su fuerte, para qué andarse preguntando esas cosas?

Ahora si dicho amor se fijase en uno y existe atracción, qué se puede hacer?

Pues es decisión de cada quien.

Uno puede lanzar preguntas al aire para conocer opiniones diversas, pero al final, la decisión es de uno y es totalmente personal el aceptar las consecuencias.

Pero.. adoptemos el ideal de la última estrofa “Pero tú eres la reina. ”.

La convivencia en la pareja la neta digámosla, es muy difícil. Por que queramos o no, se tiene que cambiar algo en cada uno para que funcione.

No recuerdo si ya lo escribí pero leí una vez que para que cuando la primera fase de enamoramiento pasa y la relación pasa a un plano estable, lo que funciona es como se dice, ver ambos a la misma dirección, algo así como respetar la relación, formar un ente que ya no es uno ni otro, sino un ente raro amalgamado de ambos.

Luego del embrujo nos queda lo básico y esencial que es una cosa rara que une varios años.

Y es entonces cuando uno puede claramente decir, que se ha encontrado la reina.

Bien, otro miedo que dijo fue que pasaría si fuese al revés? Que pasaría si no se le quisiera como uno desearía?

Bien, el miedo también es lógico y válido.

Pero pudiera sonar algo egoísta.

Es bueno el plantearse esos miedos, pero no hay que pensar siempre en uno. En la pareja participan 2. No podemos olvidar los deseos y también, los miedos de la otra persona.

Sería bueno hacerse la pregunta: Puedo exigir lo que no puedo dar?

A fin de cuentas, todo se resume a una simple palabra: comunicación.

Sin ella, no puede haber nada.

Que quede claro, es mi opinión personal ya que cada quien puede hacer de su vida lo que quiera, sin arrepentirse eso sí.

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