jueves, julio 07, 2005

Decir las cosas como lo que son.

Trataré de comenzar una nueva saga (digo bien trataré ya que ni hay tiempo ni ideas para postear) y como ésta es una idea que ya quería escribir pos espero no batallar mucho.

He aquí:

El ser mandil.

Ser mandilón en el pasado era sinónimo de burla, despreciativo y discriminatorio (como el Memín según USA) y pues en el mundo machista mexicano el saber que te mandara tu mujer era motivo para que tus cuates te pendejearan hasta el cansancio.

Sin embargo, hubo un retroceso en el proceso machista y ahora lo que predomina en las parejas mexicanas es que el hombre se comporte de manera mandilesca.

Aquí quiero aclarar que no es del todo malo el ser mandil (claro, tampoco al extremo para aceptar todas las opiniones del contraparte femenino) porque se coopera en los quehacer del hogar, se le escucha a la mujer y en base a esta comunicación se atienden sus necesidades personales o se llegan a acuerdos.

Y es por eso, que lo que antes era mal visto por los muchos machos ahora es un denominador común. Ya hasta el Tri lo dijo: "No te agüites si tus cuates te dicen mandilón, porque a ellos también se las hacen de jamón".

Y es que por más que se quiera, ya es difícil ser el típico macho porque las mujeres han ganado independencia, van obteniendo nuevos puestos de trabajo y como las crisis están muy duras pos le deben tupir como nosotros a la chamba. Tons ya no se pueden tener las actitudes de antes, y para librarla pos también hay
que entrarle a los quehaceres domésticos (léase andar de chacha)

Bien, como ya dije el ser mandil sin llegar al extremo no es malo. Lo malo es que muchos no lo quieran aceptar (edá Dominio?)

Porqué no aceptarlo? Ya no es mal visto en la sociedad, no se puede decir mentira! Yo soy muy macho! (reclamando el susodicho lavando los trastes). De los jóvenes que conozco raro es el que ande de parrandero, jugador y mujeriego (bueno lo último sí) mandando a su mujer, tomando decisiones unitariasy en algunos casos, golpeando a sus esposas.

Ya lo que más se ve es ver a los compas en el super, cargando las pañaleras, haciendo labores domésticas, las reuniones de pedotas se ven más vacías ya que: mi mujer no me dejó ir es lo que rola, etc. etc.


Por lo que queda decir, el macho mexicano está en peligro de extinción. Yo digo que pos tampoco es bueno ser tan mandil (uno se ve muuuy aburrido) y pienso que es bueno de vez en cuando dejar que gane la testosterona pa’ desafanarnos de algo, defender una idea tercamente o para echar unos alcoholes con los compitas (-edá muchachos – Yeeeah!)

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