martes, septiembre 20, 2005

Jose Alfredo es el rey.

En este mes patrio tan atiborrado de una celebración de los medios de la mexicanidad la cual se me hace muy extraña y que no comparto mejor os digo, no existe mexicano al que no le lleguen las canciones de Jose Alfredo Jiménez. Las canciones tienen una exaltación de los sentimientos ya sea de amor o de desamor que es digamos tan extrema, que es difícil encontrar algo parecido o como que decimos: Ándale! eso mero estoy sintiendo o de esa manera me cuadra esa mujer, ajúuua!

La verdad desconocía por completo la historia del famoso compositor que todos en algunas ocasión hemos berreado (no cantado) alguna de sus rolas ya sea al lado de una botella o nomás por puro gusto.

Y viendo un reportaje en el Once, no cabía en mi asombro al conocer que no sabía nada de música, vaya ni siquiera tocar un instrumento pues; mejor aún, que componía su rolas creando al mismo tiempo, la música y la letra de las mismas.


Borracho y mujeriego, eso sí. Mas solo así alguien hubiera podido componer de ese modo tantos y tantos himnos de nuestras borracheras, serenatas y demás.

Veamos por ejemplo la canción Ella.. "Me cansé de rogarle, me cansé de decirle que yo sin ella de pena muero..", cuando uno la escucha y anda así desanimado y desairado en amores hace que así sea muy abstemio le ande entrando al tequila o mezcal dependiendo del presupuesto pues, aunque "ya estaba escrito que aquella noche perdiera su amor.."

Lo que ya de plano me super asombró, fue que compuso el Rey a manera de despedida ya que estaba muy enfermo de cirrosis. Ese "yo se bien que estoy afuera pero el día en que yo me muera sé que tendrás que llorar" no era para su exaltación misma, sino diciendo que se iba y que sería triste la despedida.

Nada como cantar cuando "ando volando bajo, nomás porque no me quieres" como dice el Feyo:
Que te vaya bonito, Tú y las nubes, Un mundo raro, Te solté la rienda, Que suerte la mía, No me amenaces, La que se fue, La estrella, hacen que uno se una con los cuates y le llore a un amor no le aunque hayan pasado muchos años, se haya uno casado, tenga hijos o nietos, o de plano, ya ni siquiera escuche bien pa cantarla en el ritmo.

En contraparte: Si nos dejan, La mano de Dios, Cuando vivas conmigo, Cuando sale la luna, Corazón corazón y Amanecí en tus brazos le echan todo el sentimiento bonito, acá, llegador.

Y como conclusión, no hay nada más mexicano que las canciones de Jose Alfredo. Dejemos de lado a J. C. Chávez, los pichichis de Hugol, la nariz de Ana Guevara, los rounds del Finito, la Cuautemiña, las novelas de la Vero, la guitarra de Santana, etc etc.

Las canciones de él siguen vigentes luego de décadas y décadas ya que reflejan lo que ha sido constante en este tiempo: el sentir del pueblo mexicano.

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