martes, enero 04, 2005


Iceman y la navidad 2004.

Bien, como ya es costumbre en esas fechas, el Iceman se lanza al Venado tierra de sus padres para pasar esas fechas tradicionales en este México lindo y querido.

Pues ese día llegué bien concha a la casa, mis tías que conforman el grueso de mi familia no vendrían para esas fechas y pues estaríamos un poco solapones.

La tradición pagana de la Navidad por esas latitudes del norte de estado de San Luis son algo especiales, porque como dije creo en otro post son diferentes a lo que nos vende la televisión.

Para empezar, raro es el pino que se ve en las casas, claro hablando de gente normal, ya que los ricachones sí ponen sus pinos y luces, etc etc. Ahí lo que rifa es la figura del nacimiento. Jesús, sus padres y demás comitiva de reyes y animales de granja adornan en muchas casas el portal modesto que concuerda con los escritos y que encaja muy bien con la situación del poder adquisitivo de nosotros.

La costumbre es el rezo del rosario, la adoración con cánticos bastante jaladones tanto en letra como en tonada, el arrullamiento y la entrega de reliquia.

De reliquia se da en la mayoría de los casos, una bolsita con cacachuates y fruta, la cual ha sido desplazada a últimas fechas por una llena de dulces que son delicia de los peques. Aparte, se ofrece a las personas que van una modesta cena que no es del pavo, romeritos ni nada por el estilo. Por lo general son tamales, hay otros que preparan pozole, tostadas, menudo, y lo que caiga pues; mi madre por ejemplo se preparó un menudito que me cae que no tenía madre! Requetebueno que se acabó en esa noche. (Tragoncitos pues)

Lo chido de esta cuestión es que no solo participa la familia en sí, sino que se hace la invitación para que se comparta con personas invitadas.. y gorrones que año con año caen.

Y algo extraño de denota que ya no somos tan niños, es de de tiempó acá se forma un verdadero botín de dulces que se dan ya sea a nosotros, o a mis padres que como buenos rezanderos anduvieron de casa en casa. Yo ni toqué unos duces que compré por andar de tragón de tanta galleta y demás dulces.

Ellos andaban muy activos en esas fechas por varios días y me cae que estaba más tiempo yo en la casa que mis padres.

Antes esas fechas navideñas me llenaban como decirlo? de nostalgia o tristeza. No tanto por algo malo que nos hubiera pasado sino más bien como conflictos emocionales, pero ya de unos años para acá, me agradan más. Ahora son bien pagano, me gusta estar con la family (que en este año crece con la beba Cristi), disfrutar un poco de mis padres que casi ya ni veo y olvidarme de la carrilla y problemas pasados charlando con mis primas y tías.

Lo que si no tuvo madre fue el méndigo frío que se desató por ahí de las 6 p.m. El aire traspasaba el cuerpo como el polvo de diamante del Hyoga, el caballero del Cisne. Yo Iceman me rajé y me jui por mi chamarita de poca pa' resistir. Inche heladota estuvo para las estadísticas.

Así pasamos nuestra familia la navidad en el rural pueblo de Venado, rodeados de un frío invernal pero con los interiores cálidos, gustosos por estar juntos un rato y recordar un suceso muy antiguo a nuestra manera muy particular.

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