viernes, octubre 15, 2004



Hay cosas que no se antojan

Sí, hay cosas que no se me antoja hacer.

Por ejemplo leer los libros de Dan Brown, no tanto porque me crea católico de hueso colorado pero el tema que desarrolla no me interesa (Pérate, pérate, tons porque leíste el de la clave secreta de Hiram?) Ah, a ver, pues era porque aunque trató algo parecido de algo que dejó Jesús y esas cosas, me agradó porque dignificó la cultura madre de todas, la sumeria. Aparte porque estuvo medio investigación histórica antiquísima (que se puede dudar de que sea veraz)

Además también estaba medio jalado, sobretodo cuando de “repente” encuentran la conexión del “antiguo rito” de transición de los faraones con las costumbres de los pueblos cananeos. Y más con el “supuesto” descubrimiento de enseñanzas de Jesús por parte de los primeros masones. Por cierto masones, son medio ma....ones.

Otra serie de libros que ni en cuenta son los de Harry Potter. Como que en literatura eso de los magos no me atrae nada. En cambio la de los guerreros ahí toy! Mínimo leyendo de qué se tratan (A ver, a ver, tons para que compraste la colección de Paulo Coelho?)

A ver, ejem ejem, mira, sé que el Paulo no es el mejor escritor del mundo, de hecho algunos odian sus escritos y odian la fama de sus libros. Yo veo su trabajo como algo más. No lo alabo ni nada por el estilo.

Simplemente los temas de algunos de sus libros están medio extraños. Ándale, esa es la palabra, son extraños. Hacen una mezcolanza de tipo superación personal, alquimia emocional y temas religiosos.

Como que despiertan el gusanito de pensar que esta vida es una ilusión grandota (tipo matrix). Pero hasta ahí.

Pero saben algo aquí entre nos? Una vez me puse a hacer un par de ejercicios que salen en el Peregrino. Hice el de jugar con un charco de agua por varios días y otro de dibujar trazos al hablar por teléfono.

Al hacer los trazos, hice cosas que no se entienden, no tiene forma de nada. Pero lo que me sorprendió un día fue que al voltear uno de esos papelitos por casualidad se podía leer claramente Lalo (it’s my diminutivo) y en otro casa. Pero claritos me cae!

Bueno, luego jugando con el agua no pasaba nada realmente interesante. Sin embargo conforme fue pasando el tiempo empezaba a escuchar voces antes de dormirme. Eran voces claras que atribuí a mi imaginación al principio. Pero que empiezan a escucharse diario! Uts!

Y luego ni se entendían los mensajes que decían. Mas bien decían cosas que no les hallaba la lógica; de la que recuerdo fue una que dijo: levanta la llave.. pero pues cuál llave? A qué se refería? Quien sabe.

Ese es otro caso más para la mano peluda....



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