viernes, octubre 29, 2004

Retrato de una muerte anunciada.

Dejen les explico cómo fue mi experiencia añeja con la muerte.

Sucedió hace mucho años, cuando todavía vivíamos en Monterrey, y sucedió una vez que andábamos de visita a unas tías y pues creo que había una feria y algunos juegos para los peques.

En esos tiempos tendría como 4 o 5 años y andaba con mi carnal en la feria, pero en ese rato se nos acabó el dinero y mi hermano me mandó a traer más a la casa de mis tías. El rumbo aunque feo era algo seguro en esos tiempos y estaba relativamente cerca la casa.

Bien, pues ya tenía mi botín (poco, porque siempre hemos sido cortos de feria) me regresé con my bro. Pero al salir veo que un camión materialista está parado en la calle y pues deduje que quería dejarme pasar; pero pues yo pensaba lo mismo, dejarlo pasar primero.

Entonces pues caminamos a la par, y pues de hecho le iba a ganar el pase. Sin embargo, antes de llegar a la otra acera me tropecé y caí.... El camión (que para un pequeñín era una mole) siguió andando y pues de plano yo no podía incorporarme... Recuerdo que mi cabeza quedó a la distancia donde pasaría la llanta delantera así que mi muerte era inminente.

Y pues era inevitable, de hecho pensé: ahora seré un ángel. Mas acabando de decir eso pues se para de repente el camión.

Todo espantado me levanto y medio doy gracias al chufas.

Y pues no lloré, de hecho mejor me regresé a la casa de mis tías.

Al entrar era un superdrama! Mi madre llorando, mis tías con un escándalo, etc. etc. por lo cual deduje que se habían dado cuenta de todo.

El porque no sé explicar pero desde esa fecha y que duró muchísimo tiempo estaba obsesionado con la muerte, con el para qué esta uno aquí, qué objetivo hay que hacer o qué. Ya era curioso pero fui o me volví un poco más y quise conocer de todo tema.

Pero como nunca tuve una respuesta pues abandoné la idea.

Muerte... Fin...

Algunos autores afirman que el objetivo de la vida es morir. Que desde que se empieza a vivir se comienza a morir.

Yo no comparto mucho sobre esa opinión. El centrarse al extremo ya sea el nacimiento o la muerte se me hace muy extremista. Porque no contemplar lo que hay en medio y no sólo los extremos? O un todo completo y no solo una parte?

Pero tampoco vale la pena desperdiciar buena parte de la vida obsesionado con que tienes una segunda oportunidad como es en mi caso, aunque eso ya está superado.

No recuerdo quién dijo: “Tal vez no tenga miedo a morir, sino a vivir realmente”


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